Llego casi un mes tarde para dar la bienvenida a septiembre

Este año no sé por dónde empezar. No ha habido fuegos el 31, no ha habido horas de UNO, ni cenas de despedida. Ha sido ese verano atípico tras una primavera incierta, abriendo las puertas a un otoño que da miedo.

Este año creo que ya no puedo pedirle nada más a septiembre, pero este otoño merece seguir sintiéndose verano. Que no lo hemos saboreado bien. Yo he podido probarlo en cada helado, disfrutarlo con una hora menos, cantarlo cada día que el sol quiso salir, y abrazarlo con muchos reencuentros que eran a la vez despedidas. Poco margen para tantos sentimientos. Tanto que a veces ahogaba. 

Por un septiembre sin conciertos, sin lluvia el 29, sin tartas de dibujos. Por los cambios, por la distancia, por la soledad. Por hacerme sentir en casa, por la paz que me transmites siempre y el torbellino que me creas dentro. 

Este septiembre el sur me ha guardado el norte, para que no lo perdiese. Este septiembre ha llegado de puntillas y con cita previa. Me ha abierto sus puertas a esta incertidumbre, a este vacío que no sé cuándo ni dónde acaba. Me ha tendido la mano para dar el siguiente paso hacia lo que cada día descubro que me hace feliz. 

Sigo queriendo quedarme en septiembre a vivir, pero este año os echo de menos más de lo normal. Hay más momentos que quieren un hueco en mi pared, más personas que merecen un hueco en mi agenda, más palabras que necesitan un hueco en mis letras.

Este septiembre es diferente, este otoño es difícil y esta Alicia sigue creciendo. Gracias por acompañarme. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Las decepciones son al alma, lo que las tormentas al aire"

2023-End of youth

Verano, al fin y al cabo