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Mostrando entradas de 2017

Este sí ha sido mi año

Una sucesión de momentos oportunos, de decisiones correctas y de muchos muchos cambios. ("No me gustan", pero creo que empiezo a pillarles el truco). Empezó en Vigo con un TFG a cuestas y termina en Barcelona (más o menos) con un TFM a la vista y un título a las espaldas. Terminé 2016 con miedo a no estar a la altura de muchas cosas y empiezo 2018 en la cima de todas ellas. Empecé el año con más dudas que ideas claras, con 10 opciones que no me convencían y sabiendo que me faltaba algo. Lo termino con la cabeza muy ordenada, un gran acierto y tantas cosas que no sabría por dónde empezar. Y es que me ha llevado a Milán, Florencia, Vigo, Santiago, a una Barcelona que acabaría siendo mi casa sin tener ni idea en aquel momento, a Madrid, Saarbrücken, Frankfurt, Pontevedra, Nueva York, el Grand Canyon, Las Vegas, Los Ángeles, Yosemite, San Francisco, Lugo, Coruña, Málaga, Benicassim, Toulousse, Montpellier, Niza... Me ha regalado fuegos artificiales, más dolor de barri

De estrechar lazos (y de nudos)

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"¿Crees que has encontrado tu sitio?" Pues...me faltaba el Atlántico y me habéis traído desde el Mediterráneo catalán hasta el francés. Sólo sé que tengo agujetas de reírme y que he llorado de emoción. Que hemos roto el hielo de todos los glaciares a pesar del frío polar cuando se iba el sol y me habéis dado abrazos que abrigan más que diez capas de ropa. Que desconectar de mis nudos en la garganta me ha conectado con estos lazos que cada vez son más fuertes. Vivo entre maletas y siempre he tenido un sitio al que volver, pero mola encontrar uno al que llegar. En el que destapar la más pura serendipia, re-descubrir(me) y reinventar mis ganas. La banda sonora no podría haber encajado mejor en el puzzle y me habéis hecho olvidarme de todo menos del momento (que sin duda es el más oportuno). Cuando la realidad supera las expectativas con creces y encuentras más de lo que esperabas, hasta los contratiempos parecen a nuestro favor. [Qué a tiempo os pusisteis* en me

Otoño

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Hay días que no. Que es más otoño que nunca y que me falta el olor a Atlántico. Que las hojas me parecen más marrones y que qué me pasa. Que ya he dejado de oíros. Me enseñaron a no aferrarme a los colores y a cambiar las hojas a tonos naranjas. Que lo mejor para este frío es un abrazo, no un jersey de lana. Que si no tengo tiempo para pensar es porque me viene bien seguir improvisando.

-Noviembre (no siempre)-

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Noviembre no viene siempre de la mano de la lluvia y con quebraderos de cabeza. A veces viene cargado de nuevos planes, gofres y un merecido descanso que no llega.  Y es que septiembre ha sido un torbellino de aire fresco y octubre todo un huracán de novedades. El día y la noche de lo que era antes, los madrugones y las madrugadas en vela. Las explicaciones a altas horas de la tarde, las promesas y las disculpas. El cambio de hora y de continente mental. De contenido que va mudando como mis ideas nunca claras. Las ganas de escribir y la falta de tiempo para descifrarme. Los horarios solapados y la agenda a punto de explotar, como mis nervios a flor de piel. Como el frío que llegaba tarde y me despertó un día con la nariz congelada. Noviembre esta vez me ha dado un poco de sur para seguir (vi)viendo el norte, me ha puesto un viaje entre las manos y me ha prometido unos cuantos para que diciembre, enero y febrero no se sintieran solos. Hacía años que este mes no me

Piedras en mi tejado

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Suelo alegrarme más por lo ajeno y tirar piedras en mi tejado, pero soy la primera en querer serlo y la última en reconocerlo. Siempre soñaré con los pies aunque ya haya dejado de bailar y una ola me cura hasta el mayor de los males. La del colacao calentito que le hace ascos al café. Y a la cerveza. Y al té. A la comida mexicana, el sushi y la ensalada. Aunque no se los hago a un gofre bien hecho ni a un buen plato de pasta. Pero siempre me sabe a poco y puede que por eso no me gusten los puntos finales ni las historias a medias.  Muy a pesar de muchos me tiran más las letras y creo que siempre moverán el mundo.  Mi casa está ya en demasiados sitios y soy incapaz de decir que no y de tirar un recuerdo. Y echo mucho de menos. Así, sin pronombre. Conecto demasiado y me siento responsable incluso sin saber muy bien de qué, ni dónde ni cuándo, ni por qué llevo esa banda sonora conmigo. Soy de césped recién cortado, brisa marina y petricor. De océano Atlántico, terrazas al s

Principios

Mentiría si dijese que los principios son fáciles, que no es complicado dar un salto al vacío y dejarlo todo atrás por perseguir una idea loca. Mentiría si dijese que no he tenido tiempo de estar triste en todo el que llevo aquí y que no he soltado algunas lágrimas la noche anterior a mi cumpleaños. Y sé que tengo razón si digo que seguramente esto merezca la pena. Por muchas veces (aunque hasta ahora han sido pocas) que tenga ganas de tirar la toalla y tenga que reprimir las de entrar en Ryanair y volver a dejarlo todo atrás. Que aunque mi vida quepa en una caja hay cosas mucho más grandes y que los actos, no las palabras, a veces vienen de la forma más inesperada e incluso en prosa. Y mentiría si dijese que no sé que soy yo, que me cuesta dejar atrás y me cuesta empezar. Empezar porque tengo que abrirme y dejar atrás porque igual que yo, las cosas cambian. Y hay días que es como si lo hicieran más rápido de lo que deberían y es esos días cuando veo que yo no puedo hacer nada p

Septiembre

Septiembre es empezar a decir que sí. Septiembre es una sonrisa con los ojos. Es estar a la altura y brillar con las ganas de seguir siendo principios. De seguir conociendo, descubriendo, deshaciendo, despidiendo. Septiembre es guardar las distancias, pero no las ganas. Septiembre está bajo tus pies y sobre tu cabeza, como las nubes, como las ideas claras. Septiembre es hablar muchos idiomas y por los codos, no tener tiempo de respirar y acabar jugando a las sillas con los ojos tapados. Pero septiembre también es empezar y expresar, y escribir y pensar. Es el ratito que no tengo para mi cabeza, mis tachones, mis mayúsculas y mis espacios. En blanco y en el tiempo. Septiembre es guardar las diferencias e inseguridades, dejar de pensarlo. Esa cicatriz de las heridas del verano que empieza a cerrarse, esas agujetas donde no sabías que existía un músculo, ese sueño interminable que es el mismo al que caes rendido las pocas horas que te quedan libres. Septiembre son contrast

Querido verano de 2017, gracias

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Érase una vez la historia de un verano con pocos días de playa y piscina, mil canciones que he cantado hasta aburrir, viajes y experiencias nuevas, y sobre todo personas.  Esta es la historia de cómo siempre me gustó tener las cosas controladas, los cabos atados. De cómo a veces decido soltarlos y quedarme a la deriva, dejarme llevar . Esta es la historia del verano en el que disfruté de un gran viaje por EE.UU. y de 4 días casi a la vuelta de la esquina. De cuando decidí que improvisar era mi mejor baza y de cuando se me fue de las manos el tiempo libre y no supe gestionarlo y se mezcló con los planes de última hora. De las prisas y las pausas, que no fueron capaces de congeniar.  De pocos planes fijos, de los que siempre he perseguido, de muchos, muchísimos escenarios nuevos. De tachar unas cosas y añadir otras, de ampliar listas y romper barreras. Una historia de cuando me enseñasteis que, a veces, la arritmia es el mejor compás . De nervios buenos, de los de ris

"Songs you never sang back"

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Ella escribe historias sobre el papel y se divierte con sus ideas de bombero y con el desnivel. Él canta con todos los colores, reinventando canciones de pinceladas mayores. Ella siempre aceptó no ser más de un 6 y medio y él todavía la describe sobre las nubes, como un 12, riendo. Ella puso nombre a los miedos de él y él le retrató sus noches en vela. Ella se inspiraba en los bocetos rotos de cuando él no era capaz de dejar su huella. A él le gustaba quedarse hasta tarde escuchándola hablar y a ella mirando cómo pretendían soñar. Ella era de domingos, chocolate y quejarse; él de pelis, palomitas y dejarse. Él era de muchos reflejos y pocas palabras y ella se dejaba hipnotizar por los silencios que le cantaba. Ella, rizos de "hoy no estoy peinada"; él la camiseta siempre de pintura, manchada. De sacarle medias sonrisas con todo lo que ella detesta, de dejarle sin pistas sobre lo que aún a día de hoy le molesta. De dar vueltas con lo

Home

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Algunos habéis aprendido a leerme entre líneas y os preguntabais el porqué de mi cambio de humor de ayer. La piscina, la cena y el trivial se convirtieron en golpe de realidad, de que crecemos y la vida sigue, pero la mía sigue estando entre maletas, puentes y casas de acogida. Me gustaría pensar que soy como un torbellino, que paso como un huracán, sin que os dé tiempo a prepararos, rápida y sonora, que dejo un rastro a mis espaldas; pero soy más bien una brisa marina, que pasa de puntillas, breve e indolora, una corriente de aire cuando te queda la ventana abierta y entran los mosquitos. Pero en dos años (algunas más) me habéis hecho sentir tormenta tropical, sol y verano. En dos años que empezaron en un autobús y otras pieles, bajo la lluvia y de Aventuras. Trenes, maletas e incluso aeropuertos. Kilómetros de más y sitios de menos. Peajes, patines y larguísimos paseos, a veces sin levantarse del sofá. Bajo distintos techos, pero la misma dulce rutina, la torpeza, el nestea y l

Felices 19

Hay personas que necesitan un empujón, o que tiren hacia arriba para salvarlas. Que sea el mundo el que las apoye sin dejarse caer sobre sus hombros, aliviando un poco su carga. Que sea la música la que las guíe, sin trabarles la lengua ni retorcerles las ganas. Que sea el mar el que las tranquilice, sin ahogar sus gritos de inexacta existencia. Que sea la inspiración la que las haga escalar, sin restarle peldaños a la motivación ni a sus sueños. Que sea el silencio el que les organice sus pensamientos, sin tragarse sus palabras ni alejar a los demás. Que sean su corazón y su insistente cabeza los que suavicen sus preocupaciones, sin cerrar la puerta a los consejos externos. Que sean sus manos las que dibujen su camino, sus errores los que lo borren, su persistencia la que lo reconduzcan de nuevo, sus pies los que lo sigan. Y hay unas pocas que se merecen eso y más. Ese mundo bajo sus pies y esa inmensidad de universo sobre sus cabezas y frente a ellas, con infinitas posibilidades de

Tic, tac.

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Ya no queda zumo de mandarina porque ya exprimí todos los domingos y los lunes al sol. Se acaban las vueltas en estas sábanas que se me pegan como los granos de arena a la piel. Como el olor de la crema a las manos que disipan la niebla y la rabia.  Hay unas pocas nubes difuminadas y rezagadas como los dibujos de alguna noche. Ya no sé si es el calor el que no me deja dormir o si soy yo, que sé que cuando me despierte mañana, estaré echándoos de menos desde otra etapa de mi vida. Colecciono puestas de sol sobre la ría y sobre las carreteras infinitas como el mar que me tranquiliza igual que la gente con su (b)risa. Cierro los ojos y los vuelvo a abrir bajo la marea. Y todavía salto olas y minutos. Creo que crecer es aprender a despedirse, por eso mi peli favorita sigue siendo Peter Pan. Pero crecer también es saber que, aunque nunca aprenda a decir adiós, a veces hay que tomar decisiones difíciles para que me sigan creciendo las alas, y hoy me toca hacerlo. Vine aquí porqu

Somos los puentes que nosotros mismos hemos construido

Este partido empezó hace 4 años. Cada vez había más en juego y menos jugadores. Estamos en tiempo de descuento y ningún penalti puede arreglarlo si nos dejamos despistar. Mentiría si dijese que han sido 4 años perfectos y que no me arrepiento de nada. Mentiría si dijese que me encantaron las asignaturas y he aprendido un montón en todas ellas. Mentiría si dijese que recordaré siempre todos vuestros nombres y me alegraré al veros. Pero esto no va de mentiras y sí hay unas cuantas verdades que os alegrará saber, o no. Igual que para muchos de vosotros, para mí termina una etapa imperfecta. Esperad, que no es nada malo. Imperfecta porque, aunque pienso seguir teniendo años cada vez mejores, estos han sido increíbles precisamente por su falta de perfección, porque aprendes a que te decepcionen, a que las cosas no salgan como quieres, pero también a ver el lado positivo, a buscar soluciones y a reírte de tus problemas en una terraza. Aprendes que, a veces, tienes que ser tú quien

Whatever it takes

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Viajar nos predispone para la sorpresa. Y a mí me predispone para tomar decisiones importantes. Creedme que no hay mejor remedio para mi indecisión que salir de mi zona de comfort. No hay puzzle ni rompecabezas que quede sin resolver si me pongo los cascos y cierro los ojos en un avión, en un bus o en un tren. Y creo que viajar nos hace realmente libres. Sé que suena a tópico, pero os prometo que estos últimos meses mi cabeza ha sido un completo desastre, he tenido más altibajos y crisis existenciales que nunca, pero tras un pequeño pico de fiebre post-exámenes, me hacía falta poner en orden mis prioridades. Siempre me duermo en los aviones, muchas veces ni siquiera llego a escuchar la retaíla de normas que sale por la megafonía de Ryanair, pero yo no sé si son las alturas, la forma en la que me abstraigo o el saber que estoy haciendo lo que más me gusta en el mundo (viajar), pero me despierto con las ideas claras y habiendo recuperado las ganas. Las ganas de comerme el mundo, las gan

Ojalá fuera ficción

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Llevo mucho tiempo queriendo escribir sobre este tema. Quizás me he animado porque me parece que por fin ha llegado el momento oportuno. La mayoría de los que leáis esto habéis visto o habéis oído hablar de 13 Reasons Why , esa serie sobre el acoso, sobre el bullying, sobre el suicidio adolescente o como queráis llamarlo. Pero esto no tiene que ver ni conmigo ni con la serie, sino con todos nosotros. El caso es que parece mentira que haga falta que Netflix vuelva viral algo como esto para que os deis cuenta de que existe. El caso es que, desgraciadamente, no es ficción. Vidas como la de Hannah, como la de Clay, como la de otros personajes... podrían ser las de alguien que conocéis. Podrían ser la de esa chica que siempre va sola y ese chico que no juega al fútbol. Podrían ser la de aquel que sufre todos esos susurros y risitas a su espalda, la de aquella que siente que ha hecho algo para merecerlo. La de los que nadie invita nunca. El caso es que tenéis que mirar más allá de la pa

Cause it takes time learning to fly

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Marzo vuela y abril aterriza como las últimas hojas del otoño pasado, flotando en ese soplo de aire fresco que tanta falta me hacía. Las ideas en mi cabeza siguen comportándose como un remolino. Algunas caen, se posan en mi subconsciente y algo me dice que las persiga, pero el cambio de aires las vuelve a hacer despegar. Y es entonces cuando yo despego también, mi imaginación me lleva muy lejos y muy arriba, y hago equilibrios sobre una cuerda que hay que aflojar. Y llega la caída libre, pero nunca toco el suelo, me nacen alas y sigo creciendo, sigo subiendo y sigo sin poner los pies en la tierra. Pero entonces la tormenta afloja, y con ella la cuerda, con ella los equilibrios. Se va despejando el cielo, y con él, las dudas. Florecen en Keukenhof los tulipanes y en mi libreta las decisiones. Como un constante tira y afloja de lo que sé y lo que no, de lo que quiero y lo que puedo, de lo posible y lo improbable.  (Y entonces el viento se levanta otra vez y la brisa de mi pla

Farewell

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Érase una vez un futuro. Érase una vez el vacío. Érase una vez la incertidumbre. Pongamos por supuesto que no tenemos ni idea. Que el pasillo se divide y que las puertas son de todos los tamaños y colores. Pongamos por supuesto que no hemos encontrado la llave que queríamos y que hemos perdido la costumbre de saltar a la piscina. Que ya no sabemos ser valientes, que nos hemos olvidado de cerrar la ventana y hay corriente. Ahora cierra los ojos. ¿Qué ves? Yo veo un mundo de posibilidades que giran delante de mis narices. Veo capítulos sin escribir. Veo escaleras hacia el azar. Veo una apetecible caída libre hacia arriba. Llamadlo suerte, llamadlo destino, llamadlo universo. Pero no le cerréis la puerta. Pongamos por supuesto que el invierno tiene los días contados, que el viento del norte nos trae la primavera. Que las hojas del calendario vuelan con la brisa de todos los veranos y la prisa de no querer crecer. Siento romper la magia: ya no hay marcha atrás. El último

Tal vez

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Tal vez llegue un momento en el que tienes que abrir la mano y dejar caer todos los pétalos, en el que ya dé igual si se han marchitado o si todavía conservan sus colores vivos. Unos colores que tal vez recojan el naranja de las puestas de sol y todos los azules de mi playa, todos los grises de tu invierno y el brillo de las estrellas. El verde de la esperanza y el negro del abismo. Incluso un amarillo chillón, como el sol de primavera y como el viento de febrero. No aprietes tanto, no (te) ahogues más. Tal vez todas las personas que hemos sido nos hayan hecho quienes somos ahora y tal vez te sigas repitiendo que todas menos una. Esa a la que nunca le haces caso, porque claro, no tiene razón, ¿cómo iba a tenerla? Tal vez la tenga. Y sentido común. Experiencia. Tal vez haya recibido palos, sea un poco más toxo, pero esté cubierta de lecciones, de golpes con historia, de historias que contar. Puede que sea complicada, que sea retorcida. Difícil. Que sepa de lo que habla. Constanci