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Mostrando entradas de junio, 2017

Tic, tac.

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Ya no queda zumo de mandarina porque ya exprimí todos los domingos y los lunes al sol. Se acaban las vueltas en estas sábanas que se me pegan como los granos de arena a la piel. Como el olor de la crema a las manos que disipan la niebla y la rabia.  Hay unas pocas nubes difuminadas y rezagadas como los dibujos de alguna noche. Ya no sé si es el calor el que no me deja dormir o si soy yo, que sé que cuando me despierte mañana, estaré echándoos de menos desde otra etapa de mi vida. Colecciono puestas de sol sobre la ría y sobre las carreteras infinitas como el mar que me tranquiliza igual que la gente con su (b)risa. Cierro los ojos y los vuelvo a abrir bajo la marea. Y todavía salto olas y minutos. Creo que crecer es aprender a despedirse, por eso mi peli favorita sigue siendo Peter Pan. Pero crecer también es saber que, aunque nunca aprenda a decir adiós, a veces hay que tomar decisiones difíciles para que me sigan creciendo las alas, y hoy me toca hacerlo. Vine aquí porqu

Somos los puentes que nosotros mismos hemos construido

Este partido empezó hace 4 años. Cada vez había más en juego y menos jugadores. Estamos en tiempo de descuento y ningún penalti puede arreglarlo si nos dejamos despistar. Mentiría si dijese que han sido 4 años perfectos y que no me arrepiento de nada. Mentiría si dijese que me encantaron las asignaturas y he aprendido un montón en todas ellas. Mentiría si dijese que recordaré siempre todos vuestros nombres y me alegraré al veros. Pero esto no va de mentiras y sí hay unas cuantas verdades que os alegrará saber, o no. Igual que para muchos de vosotros, para mí termina una etapa imperfecta. Esperad, que no es nada malo. Imperfecta porque, aunque pienso seguir teniendo años cada vez mejores, estos han sido increíbles precisamente por su falta de perfección, porque aprendes a que te decepcionen, a que las cosas no salgan como quieres, pero también a ver el lado positivo, a buscar soluciones y a reírte de tus problemas en una terraza. Aprendes que, a veces, tienes que ser tú quien