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Mostrando entradas de abril, 2018

EL UNIVERSO HABLÁNDOME AL OÍDO: TÚ DISFRUTA DEL CAMINO

"Puro nervio, taquicardia", esperanza y sorpresas. Por las cosas que no cambian y por todas las que lo han hecho a la fuerza de un futuro impredecible. Y el aleteo de una mariposa hace 4 años que hoy recordó lo que nunca había sido suficiente y que ahora cae por su propio peso muerto. Cuando la relatividad (se) cobra todos los sentidos y más de una víctima y me alegro de no entender en pasado y aprender en presente. Que sigue habiendo días que te sientes más lejos de casa que nunca, que esas cuatro paredes se cierran y quieres salir corriendo, pero el aire en la cara y el sol de mediodía sobre las baldosas te recuerdan que ya estás en ella. Uno siempre vuelve a los lugares donde fue feliz.

A cidade da eterna despedida

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"Los que pudieron escapar juraron no volver jamás", pero estamos condenados a volver, o bendecidos por ello, vete tú a saber.  A pisar sus calles y salpicar sus charcos, a respirar su petricor y su olor a sal. O ese incienso que cada año deja un informe sobre las cáscaras de pipas en las aceras y los paraguas esperanzados (o demasiado optimistas) en Amboage. A no saber qué tiendas habrán cerrado la próxima vez.  A vivir con una morriña constante y alegrándote al escuchar un acento cantarín. A criticar lo que fuera llaman pulpo a la gallega y empanada gallega. A despertar, siempre, con incertidumbre y ganas el lunes de Chamorro. A los "cuánto tiempo, tenemos que tomar algo con estos" delante de la Apotheka. A toda la gente de la que no te despedirás más y toda aquella que sigue en tu agenda de compromisos sociales. A los rumores, las caras conocidas por la calle Real que te has recorrido una y tantas veces con un croissant de Popi, o unas chuches de Ricori