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Mostrando entradas de abril, 2016

23 de abril (hoy estoy muy hater)

A veces falta una pieza. Sigues intentando que encajen otras de todo tipo, pero, por muchas vueltas que les des, sabes perfectamente que no. Dejad de decirme cómo tengo que hacer las cosas, dejad de preguntarme lo que no quiero responder, dejad de explicarme qué es lo que hago mal y qué es lo que hago bien. Y por qué. Dejad de hablar antes de pensar. Dejad de intentar entender lo que pasa. Dejadme vivir. Sé lo que quiero. Y a veces, simplemente sabes que el puzzle no va a estar completo.

"...y cuando al fin la encuentro llega aquel mar de dudas"

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Acojo en mi hogar palabras que he encontrado abandonadas en mi palabrera, examino cada jaula y allí, narrando vocales y consonantes, encuentro sucios verbos que lloran  después de ser abandonados por un sujeto que un día fue su amo, y de tan creído que era, prescindió del predicado. Esta misma semana han encontrado a un par de adjetivos trastornados,  a tres adverbios muertos de frío y a otros tantos de la raza pronombre que sueñan en sus jaulas con ser la sombra de un niño. Señalo entonces a las palabras que llevan más días abandonadas y me las llevo a casa, las vacuno de la rabia y las peino a mi manera, como si fueran hijas únicas,  porque en verdad todas son únicas. Acto seguido y antes de integrarlas en un parvulario de relatos o canciones, les doy un beso de tinta y les digo que si quieres ganarte el respeto, nunca hay que olvidarse los acentos en el patio. A veces les pongo a mis palabras diéresis de colores imitando diademas y yo solo observo

A LO MEJOR ESTA ES LA SIGUIENTE GRAN JUGADA DE AJEDREZ DEL UNIVERSO

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(de los no me pasa nada que gritan me pasa todo) Tic, tac.  No creo que sea la primera (ni la última) vez que me oigáis/leáis quejándome sobre el paso del tiempo.  Te pasas el lunes deseando que llegue el viernes y el viernes deseando que llegue el sábado. Te pasas el sábado deseando que llegue ese plan y cuando llega ya quieres que sea verano. Y en verano no duermes pensando en ese viaje, pero estás en el avión pensando en lo que dejaste atrás. Es curioso eso de los recuerdos. Tres acordes de una guitarra sacan a relucir unas agujetas y un paseo de vuelta a casa, o el calor del sol de un viaje en bici. El olor a lluvia en verano te trae la sensación de un madrugón para coger un bus, un tren. Una frase te hace viajar un año atrás en el tiempo y hay domingos en los que te acuerdas de todos y ves fotos y quieres ese viaje otra vez. Y yo no quiero que los recuerdos desaparezcan, ni tener tanta prisa en que pase algo como para olvidarme de renovarlos. No quiero vivir e