Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2014

Os quiero más que al pfand y.

Imagen
Parece mentira, pero ya llevo aquí dos meses. Dos intensos meses en los que no hemos parado. Y ahora creo, pienso, no dudo y prometo que no miento cuando digo que no quiero irme de aquí. Os quiero mucho y muy fuerte por sacarme de casa todos los días y por hacerme cantar todas las noches. Por hacerme sentir en casa a km de ella, por conseguir que la confianza no sea algo que necesite tiempo para crearse, por dejarme ser más yo que nunca. Soy de las que se queja por todo y más, pero también de las que quiere haceros saber cuando algo está bien y, sin duda, esto lo está. ¿Cómo no iba a estarlo? Si me duele la barriga, pero de reírme; me muero de sueño, pero por aprovechar 27 horas al día 9 días a la semana; no tengo tiempo para mí, pero porque prefiero pasarlo con vosotros. Que no se acaben las noches de C4, ni las tardes de Backwerk, ni las reflexiones de vuelta a casa, ni mis interminables listas, ni las sorpresas de cumpleaños, ni las pelis en casa, ni nada ya. Le habéis dado otro

Disque a morriña nos vén de fábrica aos galegos, e vai ser certo

Imagen
No sé si por tanto vivamos, soñemos y respiremos como galegos, o porque el otoño es traicionero, o porque ya era hora y punto. Me falta el olor del mar, pero no el de marea baja. Me falta el coger el coche para perdernos por la costa, pero no los días de sofá. O sí: me faltan mi sofá, las palomitas y las invasiones al 2A. Me falta Compostela, con su lluvia, con sus quejas por mis innumerables visitas y con su corona en el corcho. Me faltan las cuestas y me faltan los domingos. Me falta quejarme por vuestra indecisión y ser la más indecisa de todos. No quiero irme de aquí , pero quiero volver un rato .  "Noviembre siempre triste"

¡QUÉ FALSOS!

Imagen
Aquí estoy, un mes después de mi llegada, con nuestra banda sonora en Spotify mientras abro el blog tras un tiempo algo descuidado. Leo mis dos entradas anteriores y me da la risa. Sigo sin creerme que no tuviera ganas de venir, porque ahora mismo no quiero ni pensar en tener que volver. No me imagino madrugar sin quejarme por haberme quedado cuando ya no había tram de vuelta, ni tener todas las clases en español. No me imagino no pelearme con la gente por un sitio en el Mensa ni que el pan sea gratis. Me he acostumbrado al chocolate del backwerk y a hacer tiempo donde sea por no quedarnos en cama mirando al techo, y a tener plan noche tras noche y cantar una y otra vez las mismas canciones en el C4. No me gustan las rutinas, pero si tengo que vivir así, creo que podría soportarlo. Y creo que podría soportar vuestra compañía no 5 ni 10 meses, sino toda una vida, que es lo que parece que llevamos juntos. Firmaría por escuchar chistes malos, recopilar frases célebres, veros beber