Entradas

Mostrando entradas de 2018

"Con los brazos arriba, en plan despedida, te digo adiós" [2018]

Para empezar, diré que es el final . Otro año en el que he perdido el miedo, he ganado la seguridad y he seguido buscando mi sitio. Otro año en el que aprendí que ya no duelen los amigos que perdí. Que un enero en los búnkers y mil visitas y sin descansar y con una sonrisa. Porque a veces ni yo me entiendo, pero en el fondo lo tengo todo cristalino. Que el cine, las fiestas, las cenas y yo siempre en medio de una eterna despedida que no falla y se torna en reencuentro. Llévame otra vez a ese febrero de locos y aviones, y visitas fugaces y estrellas. Continuo sinfín de novedad en este marzo a contrarreloj. Y que te falte el aire para asimilar abril. A mí sí me queda un abril para vosotros. Para vosotras. Bendito mes guay. Y benditos 4 días en el paraíso. Por haberme dejado liar de todas las formas posibles. Qué manera de perder las formas, y qué forma de perder las maneras . Porque mayo vino con el sol y carrerilla, nos vació los bolsillos y me dio mil vuel

Yet she has changed

Imagen
Todavía lleva las uñas mal pintadas 362 días al año y tiene el mismo libro en su mesilla aburrido desde hace más de media vida. Acumula cosas que la trasladan a momentos que le recuerdan a personas que le han enseñado todo. Se le olvida apagar la alarma cuando se le cierran los ojos durante horas pensando en esos 5 minutitos más y abraza el mismo peluche desde hace 23 años. Pero ya no baila con las mismas canciones, aunque siempre le sacan esa media sonrisa y la melancolía entera. Ahora le duele la tripa de la risa con historias que nunca había entendido. Ha empezado a valorar los días tontos y ha dejado de planear hasta el mínimo detalle. Se llena la agenda de planes y le cuesta dormir pensando en los que todavía no se le han ocurrido. Siguen sin verse los centímetros cuadrados bajo tanto papel, bajo tanto polvo. Todavía se intuyen las avenidas de eternas miradas y los paseos de invierno con la brisa de frente. Ha cambiado su orden de prioridades, pero sigue prometien

23

Imagen
Quizás siento demasiado y pretendo arriesgar poco. A lo mejor empatizo por encima de mis posibilidades. Así, sin anestesia. Seguramente espere de lo que me rodea lo que ni yo puedo abarcar. Y que no dejo salir nunca lo que llevo dentro, que me duele mostrarme débil y me cansa aparentar no serlo. No hay airbag, ni paracaídas, ni cámara lenta. Que a veces me toca hundirme, que tengo que abrirme. Que sí. Quizás se me esté echando el mundo encima y se haya perdido el aviso por el camino. Ni soy de piedra ni soy capaz de esquivar todas las balas. A veces yo tampoco sé, a veces yo tampoco entiendo. Y a veces cae en septiembre. Y en 29. ("Feliz" cumpleaños)

Eres casa

Imagen
Casa no son cuatro paredes blancas. Casa es leer el Principito en Oporto mientras los demás se echan la siesta. Central Perk y las llamas. Ganar al Beer Pong cuando nadie daba nada por nosotras. Casa es ese sofá que se vende por Wallapop (cabe en el ascensor, que alguien lo compre pls). Es ver fotos de cómo pintáis las sillas. Hablar con nombres en clave por whatsapp para ver a quién le toca cerrar la puerta. Casa es tener antes los vasos de chupito y los imanes que la nevera y los muebles. Bob Esponja y Patricio. Los chinos de confianza y los menús infantiles. Francia, Portugal, Madrid y Galicia. Casa es un gofre en invierno en Barcelona y un intento de gofre en agosto en Vigo. Pero sobre todo, casa es mirar al mar contigo cuando hemos tenido un mal día y que no haga falta decir nada. Gracias por ser casa. Felices 23. PD: a ver si vamos pronto a ver el mar

Hace un año de septiembre

Imagen
Querido septiembre de prisas y risotas. De cancelaciones y compensaciones. Siempre has sido un principio, pero esta vez llegas sin haber pasado por fase final y a la vez más todo que nunca. Y sin nada atado. Con tornillos sueltos, un calendario engordando y una cartera a dieta. Un colchón en el suelo y más casa que nunca. Más calor, más cansancio, más abrazos, más reencuentros, más Barcelona y más yo. Siempre has sido como la última canción cuando ya ha terminado. "Como ese último baile que nunca es el último".  La misma historia "de cómo siempre me gustó tener las cosas controladas, los cabos atados. De cómo a veces decido soltarlos y quedarme a la deriva, dejarme llevar. Una historia de cuando me enseñaron que, a veces, la arritmia es el mejor compás. De nervios buenos, de los de risas flojas con cosquilleo que sube desde la barriga y cabos sueltos de los que os hablaba." Otro septiembre" y sus puntos y aparte. Con principios que parec

23:30

Imagen
Otro 31 que los aires de fin del verano me traen hasta aquí. Otras 12 vueltas en esta noria que gira tan rápido. Y arriba no puedo ver qué hay más allá. Y me bajo, mareada, con las maletas hechas y el ukelele en la puerta. Sin tiempo a comprar el billete del próximo viaje, ni a pensar si merecen la pena las vueltas. Las subidas y bajadas. Pero me perdería las vistas. Las idas y venidas, la morriña y las ganas. Los paseos fríos y las luces de Navidad. Las pipas y los bares a ritmo de percusión. Los 1000 tonos de naranja, la arena en el bañador, media cara quemada y todas y cada una de las canciones. Creo que me sigue compensando querer Ferrol unos días al año, sus adoquines, los recuerdos en cada rincón, las malas caras y los lunes al sol. Mis tardes tontas y Mamma Mia en el sofá, el plan random del verano y todas esas últimas veces que ya no recuerdan haber sido primeras. Somos menos que hace un año, pero vuelve a ser 31. Y yo con las cajas amontonadas y la misma promesa de sie

Fins aviat

Ilusiones a flor de piel, veranos en abril y mayos anticipados. Carreteras de imprevistos y memorias a trompicones. Autostop de promesas y volantazos de adrenalina. No cabría en las canciones y podría escribir hasta deforestar la Amazonia. En segundo plano si no me sobresalta, que el plan B es como el A, con sus rotos y descosidos. No sé cómo, pero aquí otra vez. Ya da igual en qué laberinto me pierda. No influye la deriva, no afecta la corriente. Estamos ya en la V: de verano, de ven, de vida, de volvamos.

El balance es siempre positivo

   No sé si es el surrealismo que me rodea o el vivir de deadline en deadline sin tener muy claro qué día de la semana es. No sé si las horas fuera de casa, la mesa llena de cosas o el montón de ropa de la silla. Si los 5 minutos o las 2 horas. Los días de zumo de naranja y pijama o los de "sácame de aquí". Los que no sé ni por dónde empezar o los que me inunda la productividad. Ni si tengo más abandonado el ukelele o mis palabras.    Sí sé que nunca se me habían pasado tan rápido las semanas y los meses. Que hace tiempo que no pienso más allá del siguiente paso. Que ni condiciones ni consecuencias. Que he aprendido a parar a respirar y centrarme en lo que ha salido bien. A relativizar. Que estoy a gusto con lo que me rodea, que cuatro paredes dan para mucho, pero que si abres la puerta el mundo es muy grande.    Todavía no tengo billete de vuelta, pero es la primera vez que no necesito saberlo con antelación porque me da igual si me cierran el embarque. Por la promesa d

EL UNIVERSO HABLÁNDOME AL OÍDO: TÚ DISFRUTA DEL CAMINO

"Puro nervio, taquicardia", esperanza y sorpresas. Por las cosas que no cambian y por todas las que lo han hecho a la fuerza de un futuro impredecible. Y el aleteo de una mariposa hace 4 años que hoy recordó lo que nunca había sido suficiente y que ahora cae por su propio peso muerto. Cuando la relatividad (se) cobra todos los sentidos y más de una víctima y me alegro de no entender en pasado y aprender en presente. Que sigue habiendo días que te sientes más lejos de casa que nunca, que esas cuatro paredes se cierran y quieres salir corriendo, pero el aire en la cara y el sol de mediodía sobre las baldosas te recuerdan que ya estás en ella. Uno siempre vuelve a los lugares donde fue feliz.

A cidade da eterna despedida

Imagen
"Los que pudieron escapar juraron no volver jamás", pero estamos condenados a volver, o bendecidos por ello, vete tú a saber.  A pisar sus calles y salpicar sus charcos, a respirar su petricor y su olor a sal. O ese incienso que cada año deja un informe sobre las cáscaras de pipas en las aceras y los paraguas esperanzados (o demasiado optimistas) en Amboage. A no saber qué tiendas habrán cerrado la próxima vez.  A vivir con una morriña constante y alegrándote al escuchar un acento cantarín. A criticar lo que fuera llaman pulpo a la gallega y empanada gallega. A despertar, siempre, con incertidumbre y ganas el lunes de Chamorro. A los "cuánto tiempo, tenemos que tomar algo con estos" delante de la Apotheka. A toda la gente de la que no te despedirás más y toda aquella que sigue en tu agenda de compromisos sociales. A los rumores, las caras conocidas por la calle Real que te has recorrido una y tantas veces con un croissant de Popi, o unas chuches de Ricori

Let it snow

(En mi antiguo móvil tenía cosas como esta y qué ilu encontrarlas) Que hace frío y que aquí dentro también llueve. Que el viento revuelve las hojas pero también mis ideas. Que no lo sé. Me cuesta poner sobre el papel el torbellino de mi cabeza. La tormenta de palabras, el tornado que no me deja dormir.  Lo peor es que eso es lo mejor. Que me inspiro en mis debilidades y a veces soy tan fuerte que no me las puedo inventar. Ni imaginar. Ni describir. Es más fácil cuando es difícil, pero prefiero que se me compliquen las palabras, que siga girando el torbellino y que se lleve todas las hojas que ya no quieren seguir en pausa⏸. Y nunca rebobinar ⏮.  Bendita adrenalina.  Date tregua.  Pero no sueltes el play  ▶. 

Hazlo

Prueba cosas nuevas, ve a ese restaurante, da ese mordisco, cómprate ese capricho. Cambia un poco de aires. Déjate emocionar, llora hasta reír y ríete hasta llorar. Sé tú. Di que sí. Siempre que quieras.  Duerme poco y remolonea mucho, pero baila más. Haz regalos y déjate mimar. Escucha ese nuevo estilo y grita esa canción que tanto te llega. Ponte esos vaqueros que te sientan tan bien. Escribe todos tus escalofríos. Ilusiónate aunque digan que es inútil. Lee del primero al último de tus lunares, piérdete y sigue con las estrellas. Dibuja tus cicatrices y píntalas de colores, aunque se te dé fatal. Dedícate un día entero, lee con los pies en la pared y déjate convencer. Deja que te sorprendan. Que te asuste lo bien que estás. Que te canten y que te hagan reír.