"Con los brazos arriba, en plan despedida, te digo adiós" [2018]

Para empezar, diré que es el final.
Otro año en el que he perdido el miedo,
he ganado la seguridad
y he seguido buscando mi sitio.
Otro año en el que aprendí
que ya no duelen los amigos que perdí.
Que un enero en los búnkers y mil visitas
y sin descansar y con una sonrisa.
Porque a veces ni yo me entiendo,
pero en el fondo lo tengo todo cristalino.
Que el cine, las fiestas,
las cenas y yo siempre en medio de una eterna despedida
que no falla y se torna en reencuentro.
Llévame otra vez a ese febrero
de locos y aviones,
y visitas fugaces y estrellas.
Continuo sinfín de novedad
en este marzo a contrarreloj.
Y que te falte el aire para asimilar abril.
A mí sí me queda un abril para vosotros.
Para vosotras. Bendito mes guay.
Y benditos 4 días en el paraíso.
Por haberme dejado liar
de todas las formas posibles.
Qué manera de perder las formas,
y qué forma de perder las maneras.
Porque mayo vino con el sol y carrerilla,
nos vació los bolsillos
y me dio mil vueltas.
tu canción a coro en Eurovisión.
Con finales que dan paso a comienzos,
a veranos de cambio,
y que yo también me he comido las mariposas.
A veces necesitamos un poco de sur
para poder ver el norte.
Juny i Sant Joan de llum i foc.
Y si hoy será un día de mierda,
toda la culpa será mía.
Y es que lo mejor de irse siempre será volver,
aunque sea un rato de un bonito día de julio.
Siempre se viste de torbellino agosto,
de Portugal, de sol. Obrigada.
De tour pola terriña. De surf.
Pero sigo siendo una chica de septiembre,
encuentro mi equilibrio en medio del caos.
Etapa de cambios, de principios,
de finales, de puertas cerradas
y ventanas de par en par.
Octubre diferente.
No digo diferente, digo raro.
Pero noviembre siempre triste.
Frío, lluvia, rutina.
Libretas. Canciones.
El invierno se hace paso,
diciembre quiere dejar huella.
Empieza fuerte y todavía no ha acabado.
Netflix, disfraces, corchos,
chocolate, visitas, cenas, huracanes.
La costa oeste mirará,
toda la vida cara al mar.
Por haberme dejado llevar
de Sevilla a Vigo y de Lugo al Algarve.
De Mallorca a Valladolid y a Zaragoza,
y de Santiago a Valencia.
De Coruña a Ibiza, de Formentera a Granada,
pasando por Madrid y Oporto,
con parada en la Costa Brava.
Alcalá quedaba de paso, Benicassim fue breve,
para Pantin hay tiempo
y a Ferrol lo bueno es que puedo volver.
No me digas que no te avisé,
que en Barcelona estoy muy bien.

Un año de eventos, de reuniones,
de pelis, luces y cajas.
En 2018 aprendí
que si te saltas la salida, hay que esperar.
Puedo llamar ya casa a estas 4 paredes
que saben y guardan tantísimo de mí.
Y hogar a esta casa.
Habéis cambiado mi mirada
los ojos son de quien te los hace brillar.
Gracias por Azukita, perdón por las malas caras
y seguid siendo aliento.
Este año he bailado, me han regalado un libro y una rosa,
me he mudado, he empezado a trabajar,
he terminado un máster, me he reído, he llorado,
he disfrutado mi canción favorita en un concierto,
he viajado, he cantado...
Mientras el universo hablándome al oído:
tú disfruta del camino.
He podido tachar cosas de esas que hay que hacer antes de morir
y alguna otra ocupa un hueco en mi agenda para 2019.


[En 2018] vaig aprendre... que l'essencial és invisible als ulls.
Y para 2019... Tinc un desig només, que tot valgui la pena.

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Las decepciones son al alma, lo que las tormentas al aire"

2023-End of youth

Verano, al fin y al cabo