D·E·Z·E·M·B·E·R

Puede que penséis que esta es otra de esas entradas en las que me quejo de todos vosotros, pero no, se encendieron las luces y mi morriña (de la buena) navideña vuelve al ataque. Que va a ser Navidaaaaaaad, y hay árboles y frostisetos y se come turrón.
Al abrir la primera ventanita del calendario de Adviento con la ilusión de una niña de 5 años, salieron recuerdos. Salió el olor del mar en diciembre, el sabor de una hojaldrina al salir del cole a media tarde, la emoción con la musiquita de los anuncios de la tele y las revistas de "me lo pido" de Ali Juguetes. Salieron las tardes de gente por la calle comprando esas socorridas colonias y rompiéndose la cabeza para el maldito amigo invisible. Salieron las reuniones familiares y los empachos. Salieron las discusiones por la fiesta de fin de año y los recuerdos de ataques de risa bañados de uvas a las 00:00.
Y salieron mis ganas de escribir, así que aquí estoy, con una manta, mis zapatillas de Olaf y un árbol con cajas forradas de Tiger debajo. Y música, que no falte la música. Por un momento me apetece olvidarme de los exámenes, me apetece olvidarme de lo estresada que estoy (y de lo haters que estáis todos), me apetece un colacao y me apetece un viaje. Me apetece leerme, leerte, leeros y me apetece bailar.


Ala, buen finde a todos.


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