"No te echaré de menos en septiembre"

El hecho de que no escriba desde hace tres meses puede ayudaros a que os hagáis una idea del gran verano que estoy teniendo. Y entenderéis por qué digo "estoy teniendo" y no "he tenido".

Soy una chica de septiembre, siempre lo he sido. Soy una chica de septiembre porque soy una chica de verano, pero estoy acostumbrada a las despedidas y adoro los reencuentros de la vuelta al cole. Me gusta ir a comprar material escolar mientras me quejo de lo cortas que han sido las vacaciones.

Soy una chica de septiembre porque no hay nada como darle la bienvenida viendo fuegos artificiales y quedándonos sin voz en ese último concierto. Y es que septiembre es como la última canción cuando ya ha terminado, como ese Cadillac solitario que todos esperábamos y sabíamos que llegaría. Como ese último baile que nunca es el último.

Soy una chica de septiembre porque lo mío es el sabor agridulce. Por el junio viajero, de conocer mundo, por el julio de orquestas, visitas y rutas, por el agosto de fiestas y las nuevas caras. Por todos esos "nos vemos en Navidad" y por los "tenemos que tomar algo un día de estos" en los que lo único que queda es la promesa en el aire. Igual que otras muchas cosas.
En el aire porque no hubo tiempo, porque cerramos todos los bares, todas las casetas de socorrismo e incluso Onda. Cerramos los ojos y era septiembre al abrirlos. Cerramos puertas con llave y las tiramos al mar.
Y sí, como dicen los muñecos amarillos, a veces Ferrol sí que mola. A veces hay que cambiar de aires para querer volver a los de siempre. Para tener un sitio al que venir en vacaciones, pasear por las mismas calles de siempre, saludar a la misma gente, cenar en la Cañita y comprarse un bocata del Canario. Seguirán cerrando sitios y abriendo bares nuevos, y nosotros seguiremos en nuestro murito de siempre. Porque, como ya dijimos, no vamos a seguir perdiendo gente por el camino.

Toca ir cerrando un verano más, encontrar los relojes y empezar a hacer calendarios. Toca volver a la rutina, a los "odio Ferrol" y los "os echo de menos". Pero una vez más me llevo las fotos y los recuerdos y me quedo con la promesa de volver en Navidad, Semana Santa y verano tras verano a cerrar, cada año, todos los bares al grito de "sé que aquí nací y aquí quiero quedarme".

Y soy una chica de septiembre porque me gusta pensar que esto se va a seguir repitiendo mientras sigo tirada en mi cama sabiendo que aún quedan un par de tardes sin más preocupación que ver la vida pasar con música surfer y un comentarista brasileño como banda sonora.

Un 31 de agosto más que se lleva el viento de la playa de Pantín. Nos vemos pronto, Ferroliño, no cierres sin nosotros y no escuches las cosas feas que decimos de ti.


Alicia Fernández Casanova





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